¿Qué le pasa a tu cerebro cuando ríes?
Cuando encuentras algo gracioso, todo tu cerebro reacciona a la broma.
“Ríe y el mundo reirá contigo”, dice el refrán. Y si bien la risa y la felicidad que ésta produce pueden ser realmente contagiosas, en parte, gracias a las neuronas espejo, que se activan cuando observamos a otras personas hacer determinada acción, el humor trae consigo una multiplicidad de beneficios sorprendentes, aún cuando estamos solos.
A medida que las investigaciones evalúan más detenidamente el tema del humor y sus consecuencias, se ha descubierto que la risa sincera o regocijo activa múltiples áreas del cerebro. A medida que se despliega la broma, el lóbulo frontal se pone en funcionamiento para procesar la información. Actúa como una especie de portero de distintos géneros, que sirve para determinar si vamos a “entender” o no la broma.
Si el lóbulo frontal encuentra algo potencialmente gracioso deja que las consecuencias del humor actúen y envía una onda eléctrica a través de la corteza cerebral. Desde allí, el resto del cuerpo responde con sorpresa, deleite y risa. Los resultados pueden variar desde una risa ahogada hasta una gran carcajada.
Y esa risa ahogada hace más por ti de lo que podrías imaginar. Según las investigaciones del doctor Carl Marci, profesor de psiquiatría de la facultad de Medicina de Harvard y director del centro de neurociencia social en el Programa de Investigación de Psicoterapia del Hospital General de Massachusetts, la risa y el humor son entre otras cosas, poderosos agentes para combatir los trastornos del estado de ánimo.
La risa puede desencadenar el circuito de recompensa emocional del cerebro, enviando enormes dosis de dopamina (responsable del bienestar) y serotonina (encargada de mejorar el estado de ánimo). Incluso puede aumentar la liberación de endorfinas, esas sustancias químicas que nuestro cerebro produce para aliviar el dolor en respuesta a determinadas situaciones, por ejemplo, durante el ejercicio, la alimentación y el sexo.
Autora: Paula Felps